La Libertad y la Tolerancia

¿Qué es la libertad? ¿Dónde están los límites? ¿Cómo hace uno para saber qué es lo lícito y qué no? Este tipo de interrogante ético y moral es lo que se discute internamente en el terreno de lo sexual, día a día, desde tiempos inmemoriales. El sexo incita a probar y romper los límites. La energía sexual es poderosa y atemorizante. Nuestra cultura Judeocristiana decidió poner un coto a la situación: el sexo es para procrear, lo demás es enfermo y demoníaco! Pues bien, no hubo tortura que pudiera ganarle al fuego del deseo. Ahora unas preguntas saltan en mi mente. Vivimos en una era donde podemos elegir inclusive cambiar el sexo anatómico con el que nacimos. Aquí y allá escuchamos de tal que era hombre y ahora es mujer y tal que era mujer, ahora es hombre. Cirugías plásticas, rellenos, y demás adminículos hacen de las delicias de todos los que están en búsqueda de una identidad. Pues bien, hay otros casos, los casos de aquellos que desde el principio nacen con las dos genitalidades en su cuerpo. Con los años una de ellas se desarrollará más que la otra, pero la ciencia insta a los padres de los intersexuales a definir el sexo de ese ser desde la más temprana edad, y antes de entender cuál va a ser su desarrollo. De todas las minorías que sufren discriminación y abuso es el colectivo hermafrodita –o sea intersex- el más tabú y el más castigado. Cabe recordar que en algunas civilizaciones son seres venerados porque representan la divinidad. En nuestra sociedad son seres ocultos, vergonzantes y mutilados, ¿Será hora de abrirse a pensar que el hermafroditismo es una identidad en sí mismo y como tal debería ser considerado? Los hermafroditas tienen las mismas capacidades cognitivas y de desarrollo que los que nacen con una genitalidad única. ¡Y nacer con una genitalidad única no es garantía de nada! Sólo un código de valoración fascista puede seguir insistiendo que se trata de una malformación. ¿Qué pasaría si dejáramos al hermafrodita crecer y desarrollar su identidad en paz? ¿Qué pasaría si el hermafroditismo fuese una tercera identidad? A menudo se escucha decir que la bisexualidad es la no-elección: o sos homo o sos hetero- dicen- pero algo tenés que elegir. ¿Porqué cuesta tanto pensar y bancarse que hay más opciones? ¿Qué miedo ancestral puede significar la presencia de una tercera identidad en una sociedad que, de todas maneras, ya no puede sostener el paradigma del 2?